lunes, 31 de diciembre de 2012

Adiós, gatito


Esto se acaba. Se supone que es momento de hacer balance y una larga lista de buenos propósitos que no vamos a cumplir. Por mi parte suelo hacer una lista de 12 uvas virtuales dedicadas, pero este año me la voy a saltar. Porque este año todas las uvas, las virtuales y las de verdad, me las voy a tomar a la salud de un ser que durante 16 me ha hecho muy feliz: mi Bruno, mi gatito especial.

La casa está tan vacía sin él… Y me pesa tanto el corazón… Que ni siquiera tengo palabras. Así que las tomo prestadas de alguien que lo quería tanto como yo, 7ven:

Después de 16 años, nuestro Gato Bruno ya no está. Chistoso que Tú, el gato más travieso, simpático y juguetón que he conocido te hayas ido el Día de las Bromas. Se acabó lo de verte nada más entrar en casa, se acabó lo de pedirnos agua del grifo cada vez que nos levantábamos, se acabó lo de tener que guardar las cosas frágiles para que no las rompieses, se acabaron muchas cosas. Ojalá no se hubiesen acabado nunca. Todo será más tranquilo. Todo será más aburrido. Todo será peor.

La vida continúa, y yo no puedo olvidarlo porque una vida crece sin parar dentro de mí, así que no queda otra que levantarse y buscar esa sonrisa perdida.

Os deseo un feliz 2013, que vuestros corazones rebosen como lo ha hecho el mío al lado de mi gatito.


lunes, 24 de diciembre de 2012

¡Felices Fiestas!


Leyendo la última entrada de Sese he recordado una anécdota navideña…

Yo tendría unos 16 años. Como cada Nochebuena, íbamos a casa de mis abuelos mis padres, mis dos hermanos y yo. Mi padre, nada más entrar en la comunidad de mis abuelos, pisó una hermosa caca de perro.

- Papá, no te preocupes, eso da buena suerte –le decíamos al pobre mientras maldecía a la vez que trataba de quitarse el plastón del zapato.

Nuestra “buena suerte” no tardó en llegar. Nos metimos los cinco en el ascensor y, a medio camino, ¡se quedó parado! De aquella no había móviles ni nada, y encima el dichoso ascensor era un bunker. Mi madre, mi hermano pequeño y yo sufrimos de claustrofobia, así que la cosa iba mejorando por momentos. Gritábamos y gritábamos y allí no aparecía nadie a socorrernos. El espejo se empañaba, el olor de los restos del zapato de mi padre frotaba en el ambiente,… No sé cuánto tiempo estuvimos encerrados…

Hasta que la idiota de la vecina del segundo se dio cuenta de que no éramos unos niños cantando villancicos para pedir el aguinaldo y se corrió la voz de alarma.

Mi padre remató la noche con otro momentazo de "buena suerte": se comió una ostra mala, así que se puso a morir.

Hoy en día nos partimos de la risa recordando aquella Nochebuena tan accidentada.

No, no hay moraleja. Solo quería dar un poquito de color a esta entrada que no tiene más objeto que desearos una muy Feliz Navidad. Lo dicho,

¡Feliz Navidad!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Lo que nadie te cuenta del embarazo I


Uno de los efectos más sorprendentes e inmediatos del embarazo es la pérdida del espacio vital o, dicho de otra manera, tu barriga se convierte en un bien público. Todo el mundo, conocido o desconocido, te toca la barriga. Algunos, más osados, la acarician, e incluso llegan a acercarse a zonas que NUNCA van a ser públicas, por más embarazo que haya.

-No, no vas a notar a la niña, se mueve sobre todo en la parte baja.

Y, de repente, te encuentras con una mano en la parte baja de tu vientre, ¡sin siquiera pedir permiso!

Es verdad que algunas personas tienen la consideración de pedir permiso, pero son las menos, os lo aseguro.

Y, aunque yo tenga cierta aversión al contacto humano, he aprendido a tolerar esta atracción que siente la humanidad hacia mi redonda barriga, porque… ¡soy la primera que no puede resistirse a las ajenas!

Total, en cosa de un mes dejaré de ser el centro de atención, tampoco me va a matar un poco de manoseo.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Lo que nadie te cuenta del embarazo: Introducción


Mimi me sugirió llevar en el blog un diario del embarazo, pero no lo consideré oportuno. ¿Para qué llenar este espacio de miedos e incertidumbres? Ahora que mi niña sería viable fuera de mí y que las posibilidades de que las cosas vayan mal se han reducido bastante, ya puedo permitirme el lujo de contaros alguna cosita.

Vaaaaale, prometo no convertir este sitio en el blog de Mamá-Vir, pero durante un tiempo tendréis que aguantaros, ¡o dejar de leer! Porque esto es lo más emocionante y bonito que me ha pasado en la vida.

Lo de ser mamá, digo, no lo del embarazo. El embarazo es un coñazo. Por suerte, el cuerpo de la mujer es sabio y se prepara para aguantar las mil y una tonterías que “son normales” durante el embarazo produciendo una enorme cantidad de hormona “me-la-refanfinfla” y hormona “soy-súper-feliz”.

Bueno, vale, es verdad. No es tan horrible. Tiene un montón de cosas buenas (además de ese chute hormonal que deberían vender en cocktail para tomar una noche de copas).

Y de todo esto iremos hablando en las próximas semanas. ¿Qué os parece? J

domingo, 9 de diciembre de 2012

Plantar un árbol, escribir un libro,...


Crecí en un barrio. La junta municipal organizaba un buen montón de actividades y mi hermana y yo nos apuntábamos a todo. Aquella vez se trataba de reforestar un solar, justo frente a nuestro piso. Y allá que fuimos. Hicimos el agujero, plantamos nuestro árbol, grabamos nuestras iniciales en él y, durante una buena temporada, lo regamos con cierta asiduidad.

Del libro, pues qué os voy a contar. Por ahora, terminados y publicados hay dos. Pero seguro que en el futuro habrá más, porque escribir es una de mis grandes pasiones.

Entonces, ¿qué me quedaba? En mi caso, lo más difícil. Pero no imposible. Ha sido una temporada muy dura, con sorpresas que cambian tu vida para siempre, muchas visitas médicas, abortos, amenazas de aborto, meses en reposo absoluto, angustias y miedos.

Ahora, a menos de dos meses para cumplir con el tercer objetivo, siento que todo lo que ha pasado me ha llevado a este momento mágico, y a otro más especial, el de poder sostener entre mis brazos a mi princesa. Me siento afortunada. Feliz. ¿Y cómo no compartir un trocito de esa felicidad con vosotros, amigos virtuales, que tanto me habéis ayudado siempre?

Ya estoy aquí, J

lunes, 4 de junio de 2012

Un trocito de Angola


*Lo primero de todo, os informo de que, a pesar de las prolongadas ausencias, las cosas van bien, pero no puedo dedicarle mucho tiempo a mis blogs. Los vuestros los leo a diario, aunque no comente. Se me hace muy “cuesta arriba” lo de escribir en el ordenador. Algún día os lo explicaré con más detalle, ;)

Hoy algo cortito. Como lo de que yo termine el vídeo de mi viaje a Angola empieza a ser una quimera, si queréis conocer un poquito más de ese país maravilloso, esta noche en Madrileños por el Mundo, lo podréis ver. Y, además, podréis escuchar a algunos de los amigos que hice por allí. Yo no me lo voy a perder, ¡qué nostalgia!

Para los no-residentes en Madrid, y para los que lleguéis tarde, podéis verlo también en Internet.

¡Volveré pronto!

martes, 22 de mayo de 2012

Primer Aniversario


Vaya, yo que había dicho que no escribiría en martes y miradme, resulta que ahora solo escribo en martes, ¡qué cosas! Ya avisé, no soy buena cumpliendo promesas.

Hoy tengo excusa, no es un martes cualquiera, ¡¡feliz cumpleaños, Diga 33!!

Hace un año tomé una decisión, después de tres años escribiendo en A partir de los 30 iba siendo hora de cambiar, así que, después de darle muchas vueltas –los cambios no son lo mío-, di el paso.

Después llegaron tiempos convulsos. Una noticia inesperada le dio la vuelta a mi vida y dejé de lado mi recién parido blog durante muchos meses.

Pero esto de los blogs atrapa, envuelve, engancha. Así que, al cabo del tiempo, a pesar de que nada estaba bien, volví.

Ahora parece que casi puedo tocar el ansiado feliz desenlace. Eso me mantiene de nuevo a medio gas en la esfera bloguera. Apenas escribo, y leo cuando el cuerpo me lo permite. Pero sigo aquí, no me voy. Solo a ratos.

Hoy es un día para celebrar, así que celebremos. Muchísimas gracias a todos los que pasáis por aquí, a los que dejáis vuestra huella en forma de comentario, a los que me animáis consciente o inconscientemente a seguir en este bello mundo virtual.

¡Feliz martes! ¡Nos leemos!

*Por cierto, la decisión de mudarme fue providencial. Al poco tiempo A partir de los 30 desapareció. Menos mal que tenía una copia de seguridad y pude recuperar casi todas las entradas… Por si algún día os apetece daros una vuelta, aquí lo tenéis volcado.

martes, 15 de mayo de 2012

15 de mayo


Hoy es un día especial. Por varios motivos. Para empezar, es martes, así que no debería estar escribiendo, pero como es un martes distinto me puedo permitir ese lujo. Porque hoy es San Isidro, una de las fiestas que más me gustan de mi ciudad. ¡Me zampaba ahora mismo una bolsa llena de rosquillas! Me encantaría estar paseando por las Vistillas, vestida de chulapa, con mi cesta de picnic bajo el brazo, disfrutando del ambiente castizo. Una pena no poder ir.

Otro motivo que hace especial a este día es el primer aniversario del movimiento 15M. Ha sido muy emocionante seguirlo todos estos días a través de las distintas televisiones en directo, hoy no faltaré a la gran cita con la pantalla. A esto tampoco puedo ir.

Por último, hoy mi abuela cumpliría años. Murió hace mucho, muchísimo, y apenas guardo recuerdos de ella. Mi madre siempre se pone taciturna por estas fechas, pero este año no le durará. Está cumpliendo uno de sus sueños: viajar a Chicago. Y, además, está con su querido polluelo, el Señor Marqués.

Y eso me trae por fin la conclusión de este escrito que empezó sin rumbo definido. ¡El Señor Marqués vuelve a casa! Se acabó echarle de menos, que no esté en nuestros encuentros familiares, la incertidumbre de no saber si llegará a tiempo en Navidad, o si podremos verlo en verano.

Estoy contenta, estoy feliz. Al contrario que los demás miembros de la unidad familiar, yo nunca pensé que se fuera a quedar por tierras estadounidenses. Él ya conoce la vida de expatriado y sabe que no es nada fácil.

Agosto… ya queda menos. 

viernes, 4 de mayo de 2012

#elúltimoempujón

Disculpen la ausencia, tanto en mis blogs como en los suyos. Y es que ya lo dije, ¡¡no paro!! Entramos ya en la recta final y mis energías flaquean. Va a ser un fin de semana emotivo y agotador. Y, como remate final, el todo o nada.
Hacía tiempo que no hablaba de mi otra gran pasión, y es que el año no ha dado más de sí. Entre unas cosas y otras no he podido disfrutar todo lo que hubiera querido. Aunque en esta temporada, más que disfrutar, lo que hemos hecho es sufrir. Un año lleno de alegrías a medias y muchos sinsabores. Pepu, ¿qué pasó?
Una buena Demente lo lleva codificado en los genes, es lo que toca, es lo que hay. No es algo nuevo ni será la última vez.
Para colmo, Jiménez se va. Otro estandarte que se nos borra. Volveremos a reinventarnos…
Volveré con ustedes la semana que viene. ¿El día? Pues depende mucho de mi humor y de lo que pase el domingo… Crucen los dedos por mí (a menos que sean murcianos, pero no me lo cuenten).
¡¡ARRIBA ESE ESTU!! ¡¡EL ÚLTIMO EMPUJÓN!!

viernes, 27 de abril de 2012

Recuperando viejas y bellas costumbres

¡Por fin es viernes! Es que esta semana ha sido muy dura. También muy bonita, la verdad. Semana de reencuentros varios, de conocer a personas inolvidables, de sentir mucho y muy bello.
Hoy he cogido el paraguas. Me encanta mi paraguas: grande, hongo y transparente, con un ribete rosa y el mango del mismo color. Además de protegerme de la lluvia me protege de los portadores de paraguas que no son conscientes del espacio que ocupan. ¡Pero casi no lo he usado! Esta mañana, cuando he mirado por la ventana, he visto esa bruma que emborrona las luces y he sonreído feliz pensando que por fin podría pasearlo.
Me encanta la lluvia. Hombre, para días como hoy que me toca ir de un lado a otro preferiría que no lloviera, pero no me importa mucho. Cuando iba de camino al curro miraba los campos cubiertos de niebla y me ha dado la sensación de que por fin teníamos con nosotros el tan ansiado invierno.
Año raro. Nos robaron el invierno. Ahora nos roban la primavera. Igual también nos quedamos sin verano.
Os preguntaréis, ¿a qué viene todo esto? A nada. Solo escribo. Me gusta escribir, aunque no hable de nada en particular. Al fin y al cabo eso es lo que me trajo a este lugar sin lugar, ¿verdad?
Feliz fin de semana, puente, semipuente o lo que sea que disfrutéis.

miércoles, 25 de abril de 2012

Desbarrando

Últimamente voy a contrarreloj. Tengo la agenda repleta de citas: médicos, cumpleaños y cenas varias, la ITV, el Encuentro con Escritores, quedar con amigos que quieren mi novela en mano,…  Las próximas dos semanas van a ser de locura. Ayer me llamaron del médico para cambiarme día y hora y tuve que sacar la agenda y estrujarme los sesos para encontrar el hueco adecuado. Y llevo la mano siempre pintarrajeada con cosas que ¡madremía! Mejor que no se me olviden…
Me gusta, me gusta estar así, hiperactiva. Casi no tengo tiempo de pararme a pensar. Todas las entradas de Un Mar de Cristal hasta el jueves están programadas, apenas puedo dedicarle ratitos a este blog, mi vía de escape. Pero hoy me apetece desbarrar un rato.
Estaba pensando… me toca ponerme a estudiar de nuevo. Por fin hay fecha de examen y una ya está cansada de ser la eterna interina. Aquí estoy muy bien, tengo mi sitio, pero sé que no puede ser así para siempre. No porque tenga yo especial interés en crecer laboralmente, mi desarrollo profesional va por otros derroteros, pero esta inamovilidad cansa.
Pero… ¡me da tanta pereza! No solo tener que meterme de nuevo con las leyes, eso creo que lo tengo superado. Brego cada día con ellas, cada vez me resulta más sencillo enfrentarme a los vericuetos de la legislación y hasta le encuentro su atractivo –y hasta me entretengo en buscar las posibles lagunas o dobleces-. No, lo que realmente me da pereza es volver a empezar.
Veréis, yo no soy simpática. De primeras no suelo caer en gracia. Me cuesta adaptarme a las nuevas situaciones, a las nuevas personas, a los sitios nuevos. No me gustan los cambios. Ahora lo llevo mejor, la vida es un constante cambio y no queda otra que intentar adaptarse lo mejor posible, pero sigue sin gustarme.
¡Y estoy tan bien aquí! El trabajo no es para nada el de mis sueños, ¡ni de lejos! Pero tengo buenos compañeros, incluso buenos amigos, me he ganado el respeto de casi todos y me siento muy cómoda.
En fin, si tuviera la plaza en propiedad imagino que no me hubiera quedado mucho tiempo. ¡Hala! A estudiar toca.

lunes, 23 de abril de 2012

¡Feliz Día del Libro! ¡Feliz Sant Jordi!

Normalmente tengo un regalo para todos vosotros y para todas las demás personas que pasan por mi vida pero que no visitan o no visitan con demasiada frecuencia este blog. Pero este último año ha sido bastante duro y mi productividad ha descendido bruscamente. Apenas hay relatos en el blog y no tengo proyectos acabados (sí infinidad de ellos sin acabar).
Así que, por una vez, tendréis que disculparme, no tengo más regalo que estas palabras y una flor virtual, la que vosotros prefiráis. Yo elijo la margarita.
¡Feliz Día del Libro! ¡Feliz Sant Jordi!

viernes, 20 de abril de 2012

Daniel Hare en el Café Galdós


Es como una maldición… Años persiguiéndolo para que toque en Madrid y poder y  disfrutar de su música, y ahora que no para yo me pierdo todos sus conciertos. ¡Y mañana tampoco podré ir! ¡Qué rabia!
Mi querido amigo Daniel Hare, un artista de la cabeza a los pies, un hombre valiente que un día decidió aparcar su trabajo y dedicarse a lo que de verdad le gusta, la música, toca en el Café Galdós.
Madrileños, os lo recomiendo muy mucho. Por tan solo 5€ podréis disfrutar de una cerveza fresquita acompañada de buena música. Un planazo para la noche del sábado, ¡qué envidia!
Me queda el consuelo de poder disfrutar en breve, al menos, de su compañía y, quién sabe, quizás de su música. ¡Nos vemos en el evento del año, la boda de los Sweetties!
Café Galdós – 22:30
C/ Los Madrazo, 10



Cantautor madrileño y vividor en el único sentido de la palabra posible. Su receta es la naturalidad y unas buenas letras. Creció rebuscando entre los discos de José Luis Perales de su padre (conquense), para escuchar los de Bob Dylan y los Beatles de su madre (inglesa), lo que hace de su música una mezcla entre los cantautores “clásicos” españoles y el folk americano e inglés. En 1998, con tan sólo 20 años, gana el Certamen Nacional de Canción de Autor Ciudad de Burgos y en 2000 es premiado en el concurso de Jóvenes Creadores de Alcalá de Henares.

viernes, 13 de abril de 2012

Lo que quedó de las vacaciones

-Y te habrá llovido, ¿no?
-Pues la verdad es que no. Solo un día.
-¿¿¿¡¡En Galicia!!??

Esta conversación es de esas que me grabaría en una chapa para no tener que repetirla una y mil veces después de las vacaciones. Que a mí poco me llueve, una que tiene esa suerte.
El olor a piedra y humedad, a humo y a empanada. El jardín, con su balancín, su patio de piedra, su pozo, su grama castigada por el seco invierno. El sol reverberando en la pátina que el orbayo dejó. Los frutales colmados, la lantana pelada, los arbustos sin hortensias, la huerta cargada de flor.
Mis abuelos, siempre activos, más cariñosos que nunca. Ella que es capaz de ofrecerte más de trescientos alimentos en un tiempo record. Él poniéndole el toque humorístico con su ironía fina. Incansables.
Los reencuentros. Los peces de las monjas. Las novedades que van cayendo a gotitas, como si de un grifo mal cerrado se tratase. El Miño, Playa América, La Guardia, Camposancos, Caldelas, Areneros. El café en el Central, la estrella en el Cielo, el bocata en el Fornos.
Quedar en Areses, pasear por la Corredera, comprar el cariño de Lola con las chuches de Mel. Subir por las Olivas y bajar por los jardines.
Sentir que por fin estás en casa.
Mi gente. Mi tierra. Mi hogar. Contando los días para la vuelta.






martes, 10 de abril de 2012

El Primer Beso

¡Joder! ¡Qué chungo se ha puesto blogger! Y como desde aquí no tengo acceso al navegador de marras esto de publicar se está convirtiendo en misión imposible… Bueno, haremos lo que se pueda. La entrada que tenía preparada para hoy me la como, porque si tratar de darle formato al texto es difícil no os quiero ni contar las dificultades que tengo para subir imágenes, ¡he sudado la gota gorda para publicar en Un Mar de Cristal! Así que hoy toca esta, que estaba guardada en la recámara desde hace un tiempo…
Julio de 1992. Irlanda. Él, Gonzalo, de 13 años, un pelirrojo monísimo. Yo, un poquito mayor que él –tenía 14-, pero igual de pez en temas amorosos. Vamos, que hasta ese verano yo pensaba que era fea como un demonio, que nunca gustaría a un chico. Pero oye, fue salir del círculo habitual y se me cayeron las etiquetas. Y allí estaba yo, convertida en sex-symbol, teniendo que elegir entre Sean, el irlandés de 19 años que se quedó prendado de mí en la parada del bus, y Gonzalo.
Sean era encantador, pero teníamos problemas de entendimiento. Era mi primer verano en Irlanda y todavía me costaba eso del inglés. Además, vivía en la ciudad, y yo no. Y, para colmo, iba demasiado deprisa. El día que nos conocimos ya me plantó un beso en los morros. Un beso muy casto, eso sí, pero para una recién salida al mundo de lso chicos aquellos era un gran paso. La decisión estaba tomada. Gonzalo y yo empezamos a salir el mismo día que dejé plantado a Sean.
Fueron dos semanas preciosas. Estábamos juntos con los amigos, luego íbamos a pesara de la mano o agarrados de la cintura… El beso se hacía esperar. Yo lo hablaba con mis amigas y él con sus amigos. Para mí estaba claro, tenía que ser él el que diera el primer paso. Miedo, expectación, un poquito de repelús… Y ganas. Todo un cúmulo de sentimientos contradictorias en torno a la espera del primer beso de enamorada.
El puente. El puente es el escenario de grandes momentos allí, en Irlanda. Punto de reunión, de partida y de despedida, hasta allí paseábamos juntos cada tarde en soledad y allí nos separábamos.
-Me voy, que ya llego tarde –dije yo.
De repente, como John Wayne en El Hombre Tranquilo, Gonzalo tiró de mí, me agarró por la cintura y me besó. El mundo se paró. Fue mágico. El instante en que nacieron esas mariposas que aletean furiosas en mi bajo vientre en los momentos más excitantes.
Nuestro idilio no duró mucho, pero se ha quedado prendido en mi recuerdo como algo hermoso.
¿Recordáis vuestro primer beso? ¿Es un buen recuerdo? ¡Contadme!

martes, 27 de marzo de 2012

Momento-vergüenza

Acabo de tener un estúpido episodio sincopal, una lipotimia, vamos, una bajada de tensión con mareo, sudoración fría, aumento de las pulsaciones, náuseas,… En medio del pasillo, en el curro. Es un coñazo. Sí, un coñazo con todas las letras. Porque no puedo hacer nada por solucionarlo más que esperar, porque siempre tengo que montar el numerito y porque no hay nada como ver a un grupúsculo de gente reunida para que todo el mundo pregunte qué pasa. Vox pópuli en treinta segundos.
No es algo nuevo, pero hacía tiempo que no me pasaba. Recuerdo la vez que pasé más vergüenza. Estaba en una tienda en mi pueblo y noté que me venía. Traté de salir de allí, siempre pienso que voy a conseguirlo pero nunca lo consigo, así que, a mitad de camino, en medio de uno de los pasillos, tuve que tirarme al suelo porque no podía más. Una vez en el suelo la sangre vuelve a regar el cerebro y todo empieza a mejorar. Pero poco a poco, mientras a tu alrededor se congregan curiosos y preocupados, preguntando sin cesar. Y a una le dan ganas de gritar: ¡déjenme tranquilita un momento, por favor! Pero la voz no sale, una está más ocupada tratando de respirar normalmente.
Aquello se saldó con la regañina de todos los que estaban a mi alrededor: ¡mira que no desayunar con este calor!, con una botella de suero glucosado intravenoso en la ambulancia, otra regañina de las enfermeras y un montón de personas desconocidas preguntándome durante meses cómo me encontraba a cada paso que daba por el pueblo.
En la consulta médica, en medio de una celebración futbolística, en una reunión de amigos en mi casa,… Debería estar acostumbrada, pero a los momentos vergonzosos una nunca se acostumbra.

viernes, 23 de marzo de 2012

Pues parece que se ha quedado buena noche…

O: “lo entiendo, pero no lo comparto”.
Cada vez que organizamos alguna salida acabamos repitiendo hasta la saciedad determinadas coletillas. Somos así, así somos.
Pasamos el puente de San José en Fontanosas. Chimenea, paseos por el campo, siestas sobre las piedras a la vera del río, barbacoa, tortillas, cerveza –mucha cerveza-, algo de verde alegría, cursos rápidos de fotografía,… Y amigos, los de siempre. ¿Qué mejor plan?
Aquí os dejo algunos de los momentos más divertidos que, armada con mi folio y mi boli, recogí in situ:
·         1500… (Ese fue nuestro precio final, 500 más si fingimos que nos gusta)
·         Rumbas: si el caballo es un caballero, el rey un rey, ¿qué coño es la sota?
·         Poio (hablando de FitoGuapo): la primera vez que te vi desnudo se te estaban quemando los huevos. Sin palabras…
·         Carrín: ¡El laberintifauno! Tratando de recordar el título de la película.
·         Poio: Cuántas estrellas, se puede ver hasta la constelación Neskuik.
·         Poio (asomado a la ventana cuando la habitación estaba llena de humo porque la chimenea no tiraba bien): aire, humaraca… y no puedes vivir.
·         Vir: no afunces. En realidad no dije eso, pero Rumbas lo entendió así y me obligó a registrarlo. Dije “azuces”.
·         Rumbas: el rizoma humano es un gen que se comparte muchas pocas veces. (Rumbas y yo con las cabezas pegadas compartiendo rizos).
·         Carrín: quiero chocolinas. En realidad quería chocolatinas, su obsesión del finde, pero hasta a ella le acaba afectando el alcohol.
·         Andrécoli: Mery Poppins es la Lady Gaga de los años 50 (en su campaña contra la susodicha. Él defiende que el verdadero protagonista es el deshollinador).
·         Andrécoli: Nadie me cree, pero Rumbas es un Furby.
·         Vir Lo bien que te quedas después de una noche conmigo. (A Rumbas, hablando de lo mucho que nos reímos, ¡malpensados!)
·         Rumbas: podemos jugar al stripcinquillo
·         Poio: Te he visto hacerlo, pero no me he podido apartar. (Cuando un corcho le golpeó la cabeza).

Estas las tengo apuntadas, pero no consigo acordarme de quién las dijo. La próxima vez tendré que apuntarlo también, además de intentar esmerarme con la letra, porque hay frases que no he conseguido desentrañar:
¡Joder! Cómo están las palmeras, parece que se ha subido Keith Richards. (Hablando de la bollería)
·         To’ chichirimundi.
·         Gratuíticos
·         ¿Y si el caballo no quiere a la caballa y sí al mamporrero? Tienes que esquivarlo en plan Bruce Lee.
·         ¿Has cenado? No, yo prefiero pajitas.
·         Mientras te tocas crece.
·         ¿Lo bien que quedaría la canción de “por qué a mí se me ha caído una estrella en el jardín” en plan heavy?
·         Tiene que ser un móvil que funcione (pensando en llamar a los que venían el sábado para que trajeran pan y hielo).
·         Parecemos los trotaperros.
·         Como era… chupar, es que no me acuerdo.
Y en junio, más. ¡Ganas, ya!

viernes, 16 de marzo de 2012

De cambio de planes

Se ha muerto J.
Aquí se muere mucha gente. Es más, muchos viene a morir. Es algo con lo que convivimos, ley de vida que asumimos como parte de nuestro día a día.
Pero con J ha sido distinto. Era un tipo diferente, un espíritu libre que murió poco a poco con la institucionalización. Nunca quiso entrar en la rueda. Le costaba acatar las normas, amoldarse a las rígidas rutinas.
Era un tocapelotas, pero de esos que caen bien, de esos a los que les coges cierto cariño. Y estoy segura de que tuvo una vida de lo más interesante. Aquí se sentía enjaulado, sin ganas de seguir adelante.
Hoy me planteo de nuevo esas cuestiones existenciales que tanto incomodan. ¿Deben las instituciones proteger a toda costa al individuo de sí mismo? ¿Deben gastar recursos extraordinarios en algo inevitable? ¿Debemos seguir jugando a ser pequeños dioses poniendo la vida por encima de la dignidad? Y, a modo personal, ¿qué harías yo si me tocara a mí/mis?
Había pensado despedir la semana con algo más alegre pero, como humanos que somos, la muerte no se adapta a nuestros planes de vida. Hoy, después de la noticia, solo quería reflejarlo. Disfruten mucho, nunca se sabe.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Un chiste de funcionarios y políticos

Gracias a Olga por la inspiración:

Un señor que va en coche y se percata de que está perdido, maniobra y pregunta a alguien en la calle:
-¡Disculpe!, ¿podría usted ayudarme? He quedado a las 14:00 con un amigo, llevo media hora de retraso ¡y no sé dónde me encuentro!
-Claro que sí -le contesta-. Se encuentra usted en un coche, en la autovía A 43 dirección de salida, a unos 7 Km, 400 m del centro de la ciudad, a 40º de latitud norte y 58º de longitud oeste.
-Es usted FUNCIONARIO, ¿verdad? -dice el del coche.
-Sí señor, lo soy. ¿Cómo lo ha adivinado?
-Muy sencillo, porque todo lo que me ha dicho es "técnicamente correcto", pero "prácticamente inútil": continúo perdido, llegaré tarde y no sé qué hacer con su información.
-Usted es POLITICO, ¿verdad? -pregunta el de la calle.
-En efecto -responde orgulloso el del coche- ¿Cómo lo ha sabido?
-Porque no sabe dónde está ni hacia dónde se dirige, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, está usted exactamente en la misma situación que estaba antes de preguntarme, pero ahora, por alguna extraña razón, parece que la culpa es mía.

martes, 13 de marzo de 2012

Motivos para ir a la huelga

Yo no comulgo con ningún sindicato por una razón muy sencilla: mientras sigan recibiendo subvenciones gubernamentales no pueden ser un órgano independiente. Por ese motivo no suelo secundar las huelgas. Normalmente están mal planteadas: tarde, por motivos egoístas y manipulando al personal.
Pero a veces hay que bailar con la más fea. No podemos quedarnos de brazos cruzados cuando se nos brinda la oportunidad de protestar.
·         Porque estamos desamparados.
·         Porque nos recortan los derechos adquiridos.
·         Porque lo prometido no es lo que estamos recibiendo.
·         Porque pagamos por algo que no es nuestra  responsabilidad.
·         Porque los responsables no están pagando. Todo lo contrario, siguen recibiendo a manos llenas.
·         Porque estamos cansados de tener miedo.
·         Porque nos están colgando la etiqueta de delincuentes.
·         Porque la Reforma Laboral solo es la punta del iceberg.
·         Porque es nuestro DERECHO, porque necesitamos apoyarnos en los pocos recursos que tenemos para mostrar nuestro descontento.
·         Porque las urnas no representan nuestra voluntad.
·         Porque queremos ser escuchados.
El derecho a huelga es un ejercicio individual y solidario. Por ello, tal como lo pedí para mí cuando atravesé las barreras de piquetes para acudir a mi puesto de trabajo, respetaré las decisiones particulares de cada uno. Pero eso no quiere decir que me vaya a callar. Todavía hay mucho que decir.
Feliz martes y trece.

viernes, 9 de marzo de 2012

Una de sueños

Hace un par de días tuve un sueño…, bueno…, raro…, ejem…, inesperado… Vamos, que soñé con un compañero, un sueño bastante desconcertante. No fue un sueño erótico en toda regla, pero sí tuvo cierto componente sexual.
Todos los días, sobre las dos de la tarde, tenemos nuestro momento relax de charla (política-fútbol-fútbol-política), un ratito antes de que yo termine mi jornada y él la empiece.
Pues, cuando fui ayer a verlo, nada más entrar me puse roja como un tomate y me dio la risa floja. Y es que los sueños muchas veces actúan en el recuerdo como experiencia vivida, y es de lo más embarazoso soñar algo de esa índole con alguien con quien no tienes ese tipo de relación y que encima tienes que ver a diario.
¡Qué mundo este de los sueños! 7ven siempre protesta (en broma) cuando le quiero contar alguno, porque los míos son de lo más elaborado.
Y vosotros, ¿soñáis? ¿Cuál es el sueño más raro que recordáis?
¡Feliz fin de semana!

jueves, 8 de marzo de 2012

Feliz Lucha

Y no es que yo quiera tener pene, no mezclemos conceptos. No creo en la igualdad entre hombres y mujeres, es un absurdo. Pero por supuesto defiendo a capa y espada la igualdad de derechos y oportunidades.
Para llegar a donde estoy hoy muchas mujeres (y hombres) han tenido que luchar y sufrir, hasta morir. Me crispa una idea que se va asentando en la conciencia femenina colectiva: “nos engañaron con la liberación de la mujer, estábamos muy bien en casa”. ¡Por favor!
Es verdad que en muchos sentidos el sistema se ha aprovechado de esta situación, pero no olvidemos todo lo que hemos ganado: independencia, reconocimiento, autoconfianza, poder de decisión, libertad sexual y reproductiva.
Aún queda mucho camino por recorrer. Muchos países siguen coartando las libertades a las mujeres, solo por el hecho mismo de ser mujer. Y no debemos mirar tan lejos, por desgracia vivimos un momento de repunte del machismo en el mundo occidental. Las mujeres siguen sometidas en muchos ámbitos sociales, muchas veces por sus propias concepciones. No existe una realidad de igualdad de oportunidades, y donde los hombres pueden disfrutar de una vida plena las mujeres muchas veces tienen que optar: optar por ser madre o por desarrollar su profesión.
Seguimos siendo putas cuando disfrutamos de nuestra sexualidad libremente, seguimos siendo unas lagartas cuando llegamos demasiado lejos en el escalafón laboral, a veces putas y lagartas cuando se alude a nuestras rodillas como causa-efecto de nuestro ascenso. Seguimos siendo malas madres si damos demasiado en nuestro trabajo.
El propio lenguaje nos oprime: yo no quiero que el hombre me ayude en casa, quiero que comparta conmigo las tareas domésticas y las labores de educación y cuidado de los hijos. Compartimos responsabilidades, la conciliación no debería ser solo cosa de mujeres.
Hoy lo celebramos, el resto de los días seguimos en la lucha. Lo hacemos por nosotras, por las que nos rodean y por las que están a años luz de llegar a disfrutar de esa ansiada igualdad, por las generaciones venideras y, por supuesto, por las que nos anteceden, con profundo agradecimiento.
Feliz Día de Internacional de la Mujer.

lunes, 5 de marzo de 2012

If only I could...

Hubiera sido buena. ¡Qué digo buena, muy buena! Tenía el talento y la pasión necesarios. Soy inteligente, igual no brillante, pero sí por encima de la media. Soy concienzuda, cuando algo se me mete entre ceja y ceja no descanso hasta hallar el camino, la solución, la manera. Soy paciente, infinitamente paciente. Soy hábil con las manos, delicada y meticulosa. Soy organizada, tengo carácter, orgullo. Hubiera sido la mejor.
Y, aunque SÉ que no me equivoqué, una parte de mí nunca dejará de preguntarse si realmente no me equivoqué. Esa parte que no deja de repetir “algún día”, aunque en mi fuero interno sepa que no, que ese día no llegará.
Dos sueños. Dos caminos. Sendas separadas que no se cruzan. ¿Llegaré al final de la que elegí?

miércoles, 29 de febrero de 2012

Un día especial

En primer lugar, os remito a Un Mar de Cristal, por fin está en marcha la publicación de la novela y es importante que leáis la entrada de hoy.
Hoy es 29 de febrero, y eso es algo que no ocurre todos los años. Hoy también es el Día Mundial de las Enfermedades Raras, un buen día para remitiros a una página donde encontraréis información sobre una iniciativa solidaria preciosa: Tapones para Sara.
Hoy me he levantado con energías renovadas, como si el hecho de que febrero llegue a su fin supusiera también el fin de una etapa en mi vida y el comienzo de otra nueva, ilusionante.
Siguen corriéndome las hormigas por debajo de la piel, sigo estornudando y sintiendo que mi cerebro está demasiado hinchado para que lo albergue mi cráneo, sigo añorando los días de lluvia, pero, a pesar de que todo sigue igual, todo es distinto. Y eso es algo bueno.   

lunes, 27 de febrero de 2012

Agua

Sumemos a todo lo demás el estrés hídrico. Ni una gota, oye. Y eso me desespera. La alergia me mata, tengo ganas de pasear mi paraguas hongo, de mojarme los calcetines, de saltar en los charcos, del placer de su música. Cantemos a voz en grito, a ver si funciona…
El olor a humedad nada más salir del portal, el brillo de las farolas contra el asfalto brillante, el golpeteo musical de la lluvia.
Las olas del mar lamiendo mis pies descalzos, semienterrados en la arena húmeda.
Los brotes verdes de los árboles al despuntar la primavera, succionando como pocos el agua de su matriz.
El hielo perlado de gotas bajo los rayos del sol, descendiendo ruidoso de la montaña para llenar ríos y lagos.
Los suaves copos de nieve cosquilleando en mi nariz, despertando mi sonrisa más infantil.
El agua corriendo caliente bajo mi piel, llenando mi cerebro, bombeando en mi corazón. El agua de mis lágrimas de emoción y felicidad.
Flotar, volver a los orígenes. Yo no soy polvo.

martes, 14 de febrero de 2012

Retiro espiritual

Los libros de Registro, una foto de Lisboa, el calendario congelado en el día de hoy, un taco de post-its de colores, mi caja magnética de clips, el quitagrapas negro –el azul desapareció-, mi colección de sellos, la tinta roja y la tinta azul, un capuchón sin boli, un boli sin capuchón, el subrayador verde, la taladradora, mi botella de cristal, la taza y la cuchara, el celo en su soporte. Mi teléfono, claro, y mi ordenador, el mejor del despacho, prebenda de ojito derecho. La silla balancín, mi cajón desordenado, Roberta –así se llama mi impresora-, la destructora de papel, Flavio –mi calefactor-.
No, no voy a echar nada de menos.

viernes, 10 de febrero de 2012

Recuperando trocitos de A partir de los 30

Porque hay días en los que quisieras escribir pero no tienes ganas de vomitar bilis sobre el papel, hoy voy a recurrir a re-publicar. Porque hoy no tengo ganas de estar enfurruñada, una historia con algo de humor; porque este frío me cansa, una historia con un toque de calor; porque parece que recordar es delito, una historia que surgió de un bonito recuerdo. Para los que ya la leísteis en su día en A partir de los 30, mis disculpas. Feliz fin de semana.
La Frase Adecuada
Como cada tarde, me senté en la barra de mi bar favorito, La Vaca Chuca, el bar de Patricio, el camarero cañón. Mi cerveza fresquita, mi paquete de tabaco, mi caja de cerillas (¡qué le voy a hacer! Soy una romántica de las cerillas), mi cuaderno y mi bolígrafo. Es un sitio inspirador, un bar de los de toda la vida, con las paredes alicatadas de azulejos setenteros, olor a calamares fritos, radio vieja que cruje más que suena, habitual clientela masculina de sol y sombra y máquina tragaperras.
Estaba a punto de terminar la novela. La editorial me había encargado un par de ampliaciones para redondearla un poco, para que no se quedara coja. Particularmente no veía la necesidad, pero ellos son los entendidos, y, como suelo decir, la historia puede estar tan clara en mi cabeza que a veces se pierden detalles de mi mente al papel.
Patricio es un encanto. Somos amigos desde hace tiempo, desde que decidí que aquel era el sitio perfecto para escribir. A veces me enredo con él en las más absurdas conversaciones, incluso lo convierto en escucha de párrafos que no me terminan de convencer. Otras, simplemente nos saludamos y me deja en paz enfrascada en mi escritura. Estoy segura de que los camareros tienen un sexto sentido, una especie de don para entender las necesidades del cliente, más allá de la tapa de bravas o el montadito de lomo.
Además, Patricio es arrolladoramente atractivo. Su sonrisa. Ahí está la clave. Cuando sonríe lo hace con cada fibra de su cuerpo. Sus ojos están circulados de pequeñas arrugas de felicidad que se profundizan cada vez que la alegría se refleja en su rostro. Es inteligente, es educado, es divertido y siempre tiene la frase adecuada. O casi siempre.
El caso es que lo mío con Patricio es amor platónico, pero no todos los días se levanta una para mirar y admirar. Y cuando las hormonas mandan, ¿quién les planta cara?
Allí estaba yo, con la mirada perdida en la parte de su pecho que asomaba desnuda bajo su camisa, completamente distraída, cuando interrumpió mis pensamientos:
- ¿En qué estás pensando?
“En desabrocharte el resto de los botones, meter mi mano bajo tu ropa y acariciar ese pecho cubierto de vello suave.”
- En nada.
- Parece que ha vuelto el calor, ¿verdad?
“No lo sabes tú bien. Acércate y verás qué calor hace por aquí.”
- Sí… – noté cómo ese mentado calor subía a mis mejillas y, nerviosa, le di un golpe a mi caña de cerveza ya terminada.
- Ten cuidado, que te vas a mojar.
“(Pensamientos no reproducibles)”
Ya estaba yo a punto de dejar el euro veinte sobre la barra y largarme de allí cuanto antes, antes de decir alguna tontería, cuando, mirándome con esos ojos oscuros y esa media sonrisa que me tienen enganchada, añadió:
- ¿Te pongo algo?
Y claro, rompí a reír.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Re-martes

Como bien decía Phoebe, es duro tener principios. Y si hace frío, pues más aún. Pero, señores, ¿no nos piden la dichosa solidaridad? Pues ahí que salimos a la calle a demostrarla. Porque, aunque muchos piensen que luchamos por nuestras maravillosas-condiciones-laborales-de-las-que-no-tenemos-derecho-a-quejarnos-hay-que-tener-cara-con-lo-bien-que-viven, en realidad estamos luchando por defender lo público. Y hoy no me voy a entretener en arengas políticas, que ya me aburro de predicar en el desierto, y que ya me llegará el momento de decir “os advertí”. Hoy solo quiero hablaros de EMOCIÓN. La que se siente cuando ves a tu alrededor a miles de personas que, aunque ideológicamente se alejen años luz de ti, son parte de algo mucho más grande que tú y que yo. Hoy no es martes, pero ayer sí lo era.

martes, 7 de febrero de 2012

Martes... y trece

No, no me equivoco. Hoy es martes. Hace trece años no lo era. Hace trece años era sábado-domingo. Hace trece años pasó algo que cambió mi vida para siempre.
Era un sábado cualquiera en que los planes eran los mismos que los de cualquier otro sábado: salir, beber, reír, igual hasta bailar, reír un poco más y volver a casa ya entrado el domingo, para caer rendida en la cama.
Había pasado la tarde con mis tíos. Mi ex quería asesorarse legalmente de algo que no consigo recordar. Volviendo a casa, en mi cabeza daba vueltas un nombre con demasiada insistencia. Pero, ¿por qué ahora, de repente? ¿Por qué justo cuando parecía que las cosas con mi ex se estaban arreglando?
Nos habíamos conocido hacía unos meses y, gracias a su insistencia que no a mi simpatía (os aseguro que carezco de ella), nos habíamos hecho buenos amigos. Y durante las últimas semanas su presencia se había hecho más evidente. Éramos el “último reducto”, los más juerguistas, los que aguantaban hasta que nos echaban de los bares o incluso más.
Éramos jóvenes, casi tanto como ahora, pero de aquella hasta el cuerpo acompañaba. Con veinte años no importa el frío, la resaca, el sueño,… Menos si la compañía es buena. Y, de repente, la compañía era más que buena. De repente quería algo más de ese amigo. Y de repente él también quería algo más de mí.
Era tarde, ya casi la hora de la retirada. Nuestro Aramis particular de ese trío de Mosqueteros que las circunstancias habían creado claudicó. Pero nosotros no  quisimos que la noche acabara ahí.
Jamás hubiera elegido aquel marco para comenzar la Historia de Amor Más Grande de Mi Vida. Estábamos en la discoteca. No sé muy bien por qué, porque nunca íbamos por allí. Nosotros siempre hemos sido más de bar, de escuchar nuestras conversaciones sin tener que comernos la oreja a gritos, de mini de cerveza y partida de Shangai en la máquina,… Pero allí estábamos, deseando los dos que pasara eso que llevaba un tiempo fraguándose, preguntándonos si merecía la pena poner en peligro nuestra amistad.
Nos atrevimos. Se atrevió. Fue mágico. Nos enamoramos allí mismo, de golpe. Nunca me había sentido así. Tanto amor que hasta dolía. Tanta necesidad que la distancia se convertía en tortura. Tanta locura que perdí lo poco de cobarde que me restaba.
A los tres días nos declaramos amor eterno. A los 11 meses formalizamos vía papelote la relación.
Ahora, trece años después, echo la vista atrás y me doy cuenta de que ese amor que sentí en aquel momento es tan solo una milésima, que digo milésima, millonésima parte del que siento ahora. Hemos construido desde cero una vida en común, hemos crecido juntos, hemos luchado por nuestros sueños, hemos compartido el pan y las penas, nos hemos peleado las mismas veces que nos hemos reconciliado, hemos reído, llorado, vivido… ¡Vivido tanto!
Todo lo quiero a tu lado. Todo contigo. Lo que tenemos tú y yo es grande, es especial, no deja de crecer, no deja de mejorar. Te quiero y, aunque me sea imposible imaginarlo, sé que te querré más aún. Gracias por los trece mejores años de mi vida.