martes, 19 de marzo de 2013

Na-na, life goes on


Soy afortunada. En muchos aspectos, sí. Pero estos días me siento afortunada por ser la mamá de la-cosa-más-bonita-del-mundo. La miro y mi corazón se llena de paz, y el nudo en la garganta parece más fácil de tragar.

También soy afortunada por vivir un momento de mínimas exigencias. La única con la que debo cumplir es mi niña. Y ella solo me exige teta y amor. Nada de volver de golpe a una realidad donde nadie entiende que tu ritmo es diferente, que necesitas tiempo, quizás un abrazo, un respiro de vez en cuando,…

Ayer mi bebé cumplió dos meses. ¡Está enorme! Y preciosa. Ya sonríe. Me quiere. Yo la adoro. Pienso en Andrés y se me encoge el corazón. La miro y duele menos. La miro y el mundo me parece un lugar mucho mejor.

Somos afortunadas. Nos tenemos la una a la otra y, además, tenemos a nuestro lado al mejor hombre del mundo, que nos cuida y nos quiere, nos mima, nos protege, nos deja que lo mimemos y lo protejamos,… Somos una familia afortunada.

Feliz día del Padre, 7ven, Feliz día del Padre, papá, Happy Father’s Day, dad.

domingo, 17 de marzo de 2013

Carta a un amigo - Por Stephen


Hola Andrés, te escribo esto con muchas horas de insomnio acumuladas, así que te pido disculpas por adelantado por el posible caos. Antes de nada ¿cómo estás? Me tranquiliza saber que después de años de lucha, por fin descansas, lejos del dolor, lejos de todas las incomodidades que te ha producido el puto cáncer, especialmente estos últimos meses.

  En cuanto a nosotros… después de media vida siendo amigos no tiene sentido engañarte, además aunque lo intentase no creo que lo consiguiese porque sabías “leerme” muy bien. Estamos jodidos, muy jodidos. Vir y yo tenemos la suerte de que Lily es una cura penas, pero el resto de la gente no tiene la misma suerte. Amar siempre implica dolor, además es una relación directamente proporcional (lo siento, ya me sale la vena matemática). Y tú te has hecho querer mucho, muchísimo diría yo en la mayoría de los casos de la gente que ha tenido la gran suerte de conocerte. Y por tanto el grado de dolor que dejas es enorme.

   En mi caso, cuando no recurro a nuestra pequeña para aliviarme, me pasan dos cosas: o bien no paro de llorar al saber que ya no te volveré a ver, o bien me creo que sigues en esa dichosa habitación, aislado y luchando, porque hay muchos momentos en los que no acabo de creérmelo. No puedo creerme que ya no vaya a oír tu guitarra y tu voz. Tu armónica. Que ya no vaya a haber más “¡Qué pasa Andrew McCarthy!”, “¡Qué pasa Stiwen!” Que se acabaron las cañas para ti. Que ya no vayamos a tener más conversaciones absurdas al más puro estilo Faemino y Cansado. Son tantas cosas…. Y es que eres un canalla. Nos has hecho creer a todo el mundo que salías de esta, que por muy duro que fuese, no podrían contigo. Jamás hubiésemos pensado es este final. Estoy convencido de que en muchísimos momentos ni siquiera los médicos lo pensaron. Parecía imposible que un tío con la vitalidad, optimismo y capacidad de lucha que tenías tú, fuese a perder contra el cáncer. Sinceramente creo que si tú no pudiste, casi nadie, por no decir nadie, en tu misma situación habría podido. Sin embargo a Vir y a mí se nos cayó el alma a los pies cuando fuimos a verte hace un mes y nos dijiste: “Ya no puedo más” Ahí fue la primera vez que contemplamos como una posibilidad real el que te pudieses morir. Y nos invadió la rabia y la impotencia de no poder hacer nada por evitar lo que finalmente pasó. Lo único que podíamos hacer desde la distancia, porque ya sabes que nuestra situación no nos permitía mucho más, era intentar animarte con nuestras pequeñas chorradas. Si con ellas, al menos conseguimos que sonrieras un poco, nos damos por satisfechos. Vir te había preparado un collage impreso, te lo íbamos a mandar con alguna tontería escrita por detrás a modo de postal, y ya habíamos pensado en la siguiente. Te íbamos a hacer algo relacionado con el “Trollex” ¡qué chiste tan bueno! Sin duda será el chiste al que más cariño tendré siempre. Pero me temo que llegamos tarde, y ya nunca podrás verlo. Pero sí Lore, tu asturiana. A ella se lo daremos, porque la finalidad no era animarte solo a ti, sino a ella también.

   Hablando de Lore, te lo dije el martes, pero no sé si podías oírme, así que te lo digo ahora. Vamos a cuidar mucho de ella, sabes que la queremos muchísimo y que es mucho más que simplemente “la novia de Andrés” Vino contigo, y aunque tú te hayas ido, ella se queda con nosotros porque hace mucho que forma parte de nuestra vida. Y en cuanto al martes, te dije una serie de cosas que no se si llegaste a oir. Por si acaso te repito alguna. Estamos MUY orgullosos de ti, de como eres y de todo lo que nos has enseñado en tu vida en general, pero sobretodo estos últimos años. Esa alegría que nos transmitías, cuando tenías motivos de sobra para estar hundido. Ese optimismo contagioso, estar contigo producía buen rollo. Esa capacidad de sufrimiento y de lucha, que nos demostró que en esta vida hay que pelear hasta el final por nuestros sueños y por las cosas que más queremos. En fin, como ya te dije en su día en la presentación del libro de Vir, ORGULLOSOS por ser como eres.

   También te dije alguna broma, como comprenderás no podía despedirme de ti sin hacerlo, siempre lo pasamos bien juntos y nos gustaba reír juntos, y en los últimos minutos que íbamos a tener no iban a ser menos. Varios de nuestros amigos no pudieron pasar a verte, yo sé que por supuesto no se lo tienes en cuenta, y si fue así no es más que otra prueba de todo lo que te querían ¿te das cuenta de lo mucho que te quería tantísima gente? Eso demuestra lo especial que has sido.

   En mi caso, me encantó pasar a verte, hablarte, acariciarte, besarte. Hubiese querido quedarme mucho más tiempo abrazado a ti, pero no pasa nada porque cada vez que quiero abrazo los muchos recuerdos que tengo contigo. Ya sabes que siempre os habéis reído, y a la vez habéis disfrutado, de mi capacidad para recordar anécdotas, y cosas que nos han pasado a todo el grupo. No lo hago aposta Andrew, simplemente por algún motivo se me quedan. Lo que si voy a hacer aposta es grabar a fuego todos los recuerdos que tengo junto a ti. No quiero perder ni uno solo ¡y fíjate si habrá en los cerca de 20 años siendo amigos!

   Pero te he de reconocer que los que guardo con más cariño son los últimos, los que vivimos en soledad o en pequeños grupos, como cuando estábamos los cuatro juntos ¡qué bien lo pasábamos! ¿Verdad? Habríamos disfrutado un montón cuando salieses, y más con Beatriz, nuestra Lily, tu Pancinawer….Como te decía esos momentos de tu y yo solos les tengo un cariño tremendo, los guardo como un tesoro. Ya habíamos vivido muchos momentos alocados y de fiesta a lo largo de nuestras vidas, pero esos momentos tranquilos en los que hablábamos de todo, son la leche. Creo Andrés, que de manera inconsciente, quise vivir a tope esos momentos por  si pasaba lo que ha pasado. Inolvidables cosas como el día que nos fuimos en busca de la casa abandonada de William Wulff, o cuando vimos la final de la Eurocopa tú y yo solos e hicimos de todo menos ver el partido. Nos reímos, tiramos por la tan frecuente en nosotros vía del humor absurdo, hablamos del futuro, de tus planes, de nosotros cuatro y de lo que haríamos cuando fuésemos cinco. Recuerdo que al descanso salimos al patio (por si no te acuerdas lo vimos en la casa de Torrejón del “Gay”, esa en la que pudimos ver al mejor Mark Lenders de la historia) y nos preguntaron los pocos que estaban fuera “¿cómo va el partido?” y no teníamos ni idea pero aun así nos volvimos a “ver” la segunda parte en esos incomodísimos sofás. Otro gran momento fue cuando estando ingresado te llevamos de regalo la máquina de hacer palomitas. Nos alegramos de que pudieses disfrutarla, aunque fuese poco. Y siempre recordaremos tu cara de sorpresa y de felicidad. Además ese fue el último día que te vimos tocar la guitarra y cantar. Por supuesto que no nos olvidamos de la última tarde-noche que pasamos los cuatro juntos antes de que te ingresasen. Lástima que Vir estuviese embarazadísima porque si no, nos habríamos quedado hasta que tu cuerpo hubiese aguantado. Y otro gran recuerdo de los cuatro juntos es aquel día de verano que pasamos en casa de tu madre ¡la de planes que se nos ocurrieron para hacer cuando estuvieses bien! Y como olvidarme de la genial mañana que pasamos en el hospital. No te lo llegué a decir nunca, pero ir a la mañana siguiente de llamarme para pedírmelo me era un marrón porque tenía un huevo de cosas que hacer, pero me dio igual, no quise desaprovechar la oportunidad de estar contigo ¡y qué bien que hice! Esa partida al “Smallworld”… Hay algo que no te perdonaré nunca, y es que te hayas ido siendo el campeón del juego y no me hayas dado la oportunidad de la revancha, eso no se hace. Ese día me tuve que ir por el puto trabajo, pero sabes que me hubiese encantado quedarme todo el día. Me dio mucha rabia irme y dejarte con esa pena que me transmitiste, de veras que lo siento.

    Y por supuesto el último día que te vimos. Te encontramos fatal pero quisimos darte una bonita sorpresa llevándote a nuestra Lily, tu Pancinawer. Nos consta que te gustó y por supuesto sabemos que te hubiese gustado encontrarte mejor para haber podido acercarte al cristal, pero bueno nos produce mucha alegría el saber que por lo menos la pudiste conocer.

   Todos estos momentos, y los que no desarrollo por no alargarme más de la cuenta (como el día que nos invitasteis a vuestra antigua casa, cuando os llevamos a casa de tu madre, porque maldito cabezota, estando como estabas, querías ir en transporte público, el día que conocimos a Lore….) son un verdadero tesoro y haré todo lo posible por no olvidarlos nunca.

   Lo que será imposible de olvidar será a ti. Eso ten por seguro que nunca pasará. Como dijo Vir ayer en el acto de incineración, que por cierto leyó algo que había escrito el miércoles con alguna cosa que le sugerimos, como habías pedido, de parte de los amigos. Le echó muchas narices porque no era fácil leer lo que leyó en un día como el de ayer. Y lo hizo fenomenal, y mantuvo el tipo estupendamente ¿Te imaginas que lo hubiese leído yo, cuando monté la que monté el día de la presentación de Vir al hablar de ti? ¡Seguro que me habría llevado por lo menos una hora! La verdad es que habría sido de coña. Bueno a lo que iba, va a ser imposible olvidarte por lo que fuiste y por lo que hemos vivido juntos, pero es que además has dejado una serie de cosas que automáticamente asociamos a ti. Nuestro amigo Horatio, Mary Poppins- la Lady Gaga de los años 50- el Sprite ¡con un 25% más! Cada vez que coma palomitas me acordaré de ti. Cada vez que tome tarta de manzana, sobretodo si es la de Pablo, me acordaré de ti. Cada vez que vea una peli de catástrofes mala (como ya hablamos alguna vez ¿acaso hay alguna buena?) o vea alguna anunciada de tu querida Jenifer Anniston, me acordaré de ti. Nunca me gustó especialmente la serie “Erase una vez” pero desde el martes le tengo un cariño especial. Y así con un sinfín de cosas. Al principio será horrible porque cada una de esas cosas nos producirá dolor y también ganas de llorar, pero luego será maravilloso porque con el tiempo, cuando asumamos que no pudo ser- cosa que va a costar porque no es fácil asumir que un tío como tú se haya ido con 34 años- lo que nos producirá es alegría ¿te puedes hacer a una idea lo maravilloso que va a ser que un montón de cosas cotidianas nos arranque una sonrisa? Va a ser muy gracioso, cuando estando en la caja del Super, se me ponga una sonrisa al ver el Sprite, y lo más divertido es que nadie lo entenderá. Será como volver a echarse unas risas contigo.

   Una de las cosas buenas con las que me quedo de estos últimos 3 días, es haber podido conocer a tu familia asturiana. Y digo bien al llamarlos tu familia porque me han transmitido todo el amor que sentían por ti. Como no podía ser de otra manera, a ellos también les enamoraste. Está claro que nos hubiese gustado conocerles como habíamos hablado varias veces, en Tineo los cinco juntos. De nuevo otro sueño truncado, otro plan que no se ha podido llevar a cabo. Esto no es justo Andrés, no hay derecho la que os ha jugado la vida a Lore y a ti, a tu madre y a tu hermana, a tus amigos que tanto te queríamos. Es una puta mierda y me invade la rabia y me dan ganas de gritar ¿Por qué a ti? Alguien con tantas inquietudes, con tanta vitalidad y optimismo, que no dejó de sonreírle a la vida. Un apasionado de la vida. No es justo Andrés, y me da igual lo que me digan. Es una cabronada. Te quedaban muchas etapas que vivir, muchos planes con tu Lore que llevar a cabo. No nos engañemos, seguramente no habrías sido muy longevo, pero ¿qué podrías haber vivido? ¿15 o 20 años? Seguro que tú los habrías vivido como 120 Pero tal y como ha sido…. Así no….

    Llevo horas escribiendo y la cabeza me da vueltas. Me voy a ir despidiendo. Una de las últimas cosas que quiero decirte es que por supuesto que Pancinawer sabrá quien fuiste y cuando le hablemos de ti, evidentemente no le vamos a mentir y le diremos algo así como: “Andrew McCarthy, como le llamaba tu papá, fue una de las mejores personas que tu papá conoció. Era alguien que tenía luz propia y que contagiaba de alegría a los que tenía a su alrededor. Era alguien muy especial, y que seguro, seguro te habría querido un montón y habría jugado mucho contigo” No dudes ni por un momento que le hablaremos de ti, y de lo maravilloso que fuiste.

   Solo me queda una cosa, y es darte las GRACIAS. Por todos los buenos momentos, por encontrar la manera de apoyarnos y animarnos en nuestros momentos más difíciles cuando tú ya tenías lo tuyo. Gracias por recordarnos eso que tantas veces hemos oído y que muy pocos llevan a la práctica. Carpe Diem. Gracias por enseñarme con tu ejemplo el verdadero significado de lo que es ser valiente, que no es aquel que no siente miedo, no me cabe duda de que tú lo sentiste, sino aquel que mira al miedo de frente y lucha contra él con todas sus fuerzas, a veces como en tu caso, hasta el final. Y sobretodo gracias por todos los años de amistad.

   Te echamos de menos. Te echaremos de menos siempre, pero al final sonreiremos. Danos tiempo.

   Parafraseando a Joel, ese al que un día despediste, te quiero hasta el cielo y sin huequitos.

     Stephen, o como te gustaba a ti Stiwen.

   PD: se me olvidaban un par de cosas, alguna vez surgirá hablarle de ti a nuestro otro sobri, al que pusiste otro de tus geniales motes- “Naughty Corner” Y lo segundo siempre te reíste de mi por pasar del teléfono fijo al mundo internauta sin pasar por el móvil. Como sabes, desde hace un par de años tengo uno, aunque ningún amigo tiene mi número. Contigo voy a hacer una excepción y cuando puedas y te apetezca me llamas y hablamos en modo “Party Line” que tanta gracia te hacía. El número es 644…

   PDD: Jaja Vir me acaba de decir que ya tenías mi número, resulta que te lo dio la mañana que fui para estar contigo en el hospital. Tenías tantas ganas de que llegase que querías saber cuanto me quedaba. Pues te tengo que pedir un favor, mantén la exclusividad y no se lo des a nadie ¿vale? ;-) Un beso muy fuerte de Matt para Mortadelo.

     

miércoles, 13 de marzo de 2013

Arroz quemao

Hoy tengo que hacerlo, tengo que escribir. Andreco, joder,... La última vez que nos vimos (el uno al otro, digo, porque ayer tú no me veías, ni siquiera sé si me oías) me dijiste que no podías más, y yo te respondí que no te quedaban más cojones que poder. Ahora me doy de bruces contra mi respuesta. Sí que te quedaba otra...

Nos dejas a todos los que te queremos, que somos muchos, un vacío muy grande, pero también un montón de sonrisas en forma de recuerdos. No podré volver a ver CSI Miami sin acordarme de ti. Cada peli mala de la Aniston me recordará a ti. Incluso si veo Mary Poppins, tu Lady Gaga de los años cincuenta, recordaré tus sabias palabras: el auténtico protagonista es el deshollinador. El Barça, Boy George, las palomitas, Mark Lenders, el Sprite, Mortadelo,....

El ¿Te importa si meo?, el ¡despedido!, el "cuentan los cuentos", el "trollex",...

Tú y tu guitarra, tú y tu armónica, tú y tu cerveza, tú y tu asturiana.

Gracias, Andrew. Por tu vitalidad, tu optimismo desbordante, tu fuerza, tus ganas de vivir, tu lección de lucha. Gracias por todos esos inolvidables momentos.

Ya lo dijo Stephen, entre lágrimas de emoción por saberte sano, aquella mágica tarde de junio de 2009. Y lo dijo mejor que nadie: También quiero aprovechar la oportunidad para hacer un agradecimiento especial a uno de vosotros. Ya se que hoy me toca hablar de Vir, pero tengo una excusa para referirme a esta persona y es que esta persona últimamente ha tenido motivos para pasarlo muy mal. Tengo una segunda excusa y es que esta persona, a pesar de todos esos motivos, no ha dejado de sonreirle a la vida y nos ha enseñado que se puede ser alguien tremendamente alegre y vital incluso en los momentos más difíciles. Así que a ti no pretendo darte las gracias por haber venido hoy aquí, como he hecho con el resto, sino que lo que quiero es darte las gracias por el regalo que nos haces cada día siendo como eres. Muchas gracias, Andrés.

Te quiero. Ya te echo de menos.

Me queda tu voz... Te bebo con mucha frecuencia...