martes, 27 de marzo de 2012

Momento-vergüenza

Acabo de tener un estúpido episodio sincopal, una lipotimia, vamos, una bajada de tensión con mareo, sudoración fría, aumento de las pulsaciones, náuseas,… En medio del pasillo, en el curro. Es un coñazo. Sí, un coñazo con todas las letras. Porque no puedo hacer nada por solucionarlo más que esperar, porque siempre tengo que montar el numerito y porque no hay nada como ver a un grupúsculo de gente reunida para que todo el mundo pregunte qué pasa. Vox pópuli en treinta segundos.
No es algo nuevo, pero hacía tiempo que no me pasaba. Recuerdo la vez que pasé más vergüenza. Estaba en una tienda en mi pueblo y noté que me venía. Traté de salir de allí, siempre pienso que voy a conseguirlo pero nunca lo consigo, así que, a mitad de camino, en medio de uno de los pasillos, tuve que tirarme al suelo porque no podía más. Una vez en el suelo la sangre vuelve a regar el cerebro y todo empieza a mejorar. Pero poco a poco, mientras a tu alrededor se congregan curiosos y preocupados, preguntando sin cesar. Y a una le dan ganas de gritar: ¡déjenme tranquilita un momento, por favor! Pero la voz no sale, una está más ocupada tratando de respirar normalmente.
Aquello se saldó con la regañina de todos los que estaban a mi alrededor: ¡mira que no desayunar con este calor!, con una botella de suero glucosado intravenoso en la ambulancia, otra regañina de las enfermeras y un montón de personas desconocidas preguntándome durante meses cómo me encontraba a cada paso que daba por el pueblo.
En la consulta médica, en medio de una celebración futbolística, en una reunión de amigos en mi casa,… Debería estar acostumbrada, pero a los momentos vergonzosos una nunca se acostumbra.

viernes, 23 de marzo de 2012

Pues parece que se ha quedado buena noche…

O: “lo entiendo, pero no lo comparto”.
Cada vez que organizamos alguna salida acabamos repitiendo hasta la saciedad determinadas coletillas. Somos así, así somos.
Pasamos el puente de San José en Fontanosas. Chimenea, paseos por el campo, siestas sobre las piedras a la vera del río, barbacoa, tortillas, cerveza –mucha cerveza-, algo de verde alegría, cursos rápidos de fotografía,… Y amigos, los de siempre. ¿Qué mejor plan?
Aquí os dejo algunos de los momentos más divertidos que, armada con mi folio y mi boli, recogí in situ:
·         1500… (Ese fue nuestro precio final, 500 más si fingimos que nos gusta)
·         Rumbas: si el caballo es un caballero, el rey un rey, ¿qué coño es la sota?
·         Poio (hablando de FitoGuapo): la primera vez que te vi desnudo se te estaban quemando los huevos. Sin palabras…
·         Carrín: ¡El laberintifauno! Tratando de recordar el título de la película.
·         Poio: Cuántas estrellas, se puede ver hasta la constelación Neskuik.
·         Poio (asomado a la ventana cuando la habitación estaba llena de humo porque la chimenea no tiraba bien): aire, humaraca… y no puedes vivir.
·         Vir: no afunces. En realidad no dije eso, pero Rumbas lo entendió así y me obligó a registrarlo. Dije “azuces”.
·         Rumbas: el rizoma humano es un gen que se comparte muchas pocas veces. (Rumbas y yo con las cabezas pegadas compartiendo rizos).
·         Carrín: quiero chocolinas. En realidad quería chocolatinas, su obsesión del finde, pero hasta a ella le acaba afectando el alcohol.
·         Andrécoli: Mery Poppins es la Lady Gaga de los años 50 (en su campaña contra la susodicha. Él defiende que el verdadero protagonista es el deshollinador).
·         Andrécoli: Nadie me cree, pero Rumbas es un Furby.
·         Vir Lo bien que te quedas después de una noche conmigo. (A Rumbas, hablando de lo mucho que nos reímos, ¡malpensados!)
·         Rumbas: podemos jugar al stripcinquillo
·         Poio: Te he visto hacerlo, pero no me he podido apartar. (Cuando un corcho le golpeó la cabeza).

Estas las tengo apuntadas, pero no consigo acordarme de quién las dijo. La próxima vez tendré que apuntarlo también, además de intentar esmerarme con la letra, porque hay frases que no he conseguido desentrañar:
¡Joder! Cómo están las palmeras, parece que se ha subido Keith Richards. (Hablando de la bollería)
·         To’ chichirimundi.
·         Gratuíticos
·         ¿Y si el caballo no quiere a la caballa y sí al mamporrero? Tienes que esquivarlo en plan Bruce Lee.
·         ¿Has cenado? No, yo prefiero pajitas.
·         Mientras te tocas crece.
·         ¿Lo bien que quedaría la canción de “por qué a mí se me ha caído una estrella en el jardín” en plan heavy?
·         Tiene que ser un móvil que funcione (pensando en llamar a los que venían el sábado para que trajeran pan y hielo).
·         Parecemos los trotaperros.
·         Como era… chupar, es que no me acuerdo.
Y en junio, más. ¡Ganas, ya!

viernes, 16 de marzo de 2012

De cambio de planes

Se ha muerto J.
Aquí se muere mucha gente. Es más, muchos viene a morir. Es algo con lo que convivimos, ley de vida que asumimos como parte de nuestro día a día.
Pero con J ha sido distinto. Era un tipo diferente, un espíritu libre que murió poco a poco con la institucionalización. Nunca quiso entrar en la rueda. Le costaba acatar las normas, amoldarse a las rígidas rutinas.
Era un tocapelotas, pero de esos que caen bien, de esos a los que les coges cierto cariño. Y estoy segura de que tuvo una vida de lo más interesante. Aquí se sentía enjaulado, sin ganas de seguir adelante.
Hoy me planteo de nuevo esas cuestiones existenciales que tanto incomodan. ¿Deben las instituciones proteger a toda costa al individuo de sí mismo? ¿Deben gastar recursos extraordinarios en algo inevitable? ¿Debemos seguir jugando a ser pequeños dioses poniendo la vida por encima de la dignidad? Y, a modo personal, ¿qué harías yo si me tocara a mí/mis?
Había pensado despedir la semana con algo más alegre pero, como humanos que somos, la muerte no se adapta a nuestros planes de vida. Hoy, después de la noticia, solo quería reflejarlo. Disfruten mucho, nunca se sabe.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Un chiste de funcionarios y políticos

Gracias a Olga por la inspiración:

Un señor que va en coche y se percata de que está perdido, maniobra y pregunta a alguien en la calle:
-¡Disculpe!, ¿podría usted ayudarme? He quedado a las 14:00 con un amigo, llevo media hora de retraso ¡y no sé dónde me encuentro!
-Claro que sí -le contesta-. Se encuentra usted en un coche, en la autovía A 43 dirección de salida, a unos 7 Km, 400 m del centro de la ciudad, a 40º de latitud norte y 58º de longitud oeste.
-Es usted FUNCIONARIO, ¿verdad? -dice el del coche.
-Sí señor, lo soy. ¿Cómo lo ha adivinado?
-Muy sencillo, porque todo lo que me ha dicho es "técnicamente correcto", pero "prácticamente inútil": continúo perdido, llegaré tarde y no sé qué hacer con su información.
-Usted es POLITICO, ¿verdad? -pregunta el de la calle.
-En efecto -responde orgulloso el del coche- ¿Cómo lo ha sabido?
-Porque no sabe dónde está ni hacia dónde se dirige, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, está usted exactamente en la misma situación que estaba antes de preguntarme, pero ahora, por alguna extraña razón, parece que la culpa es mía.

martes, 13 de marzo de 2012

Motivos para ir a la huelga

Yo no comulgo con ningún sindicato por una razón muy sencilla: mientras sigan recibiendo subvenciones gubernamentales no pueden ser un órgano independiente. Por ese motivo no suelo secundar las huelgas. Normalmente están mal planteadas: tarde, por motivos egoístas y manipulando al personal.
Pero a veces hay que bailar con la más fea. No podemos quedarnos de brazos cruzados cuando se nos brinda la oportunidad de protestar.
·         Porque estamos desamparados.
·         Porque nos recortan los derechos adquiridos.
·         Porque lo prometido no es lo que estamos recibiendo.
·         Porque pagamos por algo que no es nuestra  responsabilidad.
·         Porque los responsables no están pagando. Todo lo contrario, siguen recibiendo a manos llenas.
·         Porque estamos cansados de tener miedo.
·         Porque nos están colgando la etiqueta de delincuentes.
·         Porque la Reforma Laboral solo es la punta del iceberg.
·         Porque es nuestro DERECHO, porque necesitamos apoyarnos en los pocos recursos que tenemos para mostrar nuestro descontento.
·         Porque las urnas no representan nuestra voluntad.
·         Porque queremos ser escuchados.
El derecho a huelga es un ejercicio individual y solidario. Por ello, tal como lo pedí para mí cuando atravesé las barreras de piquetes para acudir a mi puesto de trabajo, respetaré las decisiones particulares de cada uno. Pero eso no quiere decir que me vaya a callar. Todavía hay mucho que decir.
Feliz martes y trece.

viernes, 9 de marzo de 2012

Una de sueños

Hace un par de días tuve un sueño…, bueno…, raro…, ejem…, inesperado… Vamos, que soñé con un compañero, un sueño bastante desconcertante. No fue un sueño erótico en toda regla, pero sí tuvo cierto componente sexual.
Todos los días, sobre las dos de la tarde, tenemos nuestro momento relax de charla (política-fútbol-fútbol-política), un ratito antes de que yo termine mi jornada y él la empiece.
Pues, cuando fui ayer a verlo, nada más entrar me puse roja como un tomate y me dio la risa floja. Y es que los sueños muchas veces actúan en el recuerdo como experiencia vivida, y es de lo más embarazoso soñar algo de esa índole con alguien con quien no tienes ese tipo de relación y que encima tienes que ver a diario.
¡Qué mundo este de los sueños! 7ven siempre protesta (en broma) cuando le quiero contar alguno, porque los míos son de lo más elaborado.
Y vosotros, ¿soñáis? ¿Cuál es el sueño más raro que recordáis?
¡Feliz fin de semana!

jueves, 8 de marzo de 2012

Feliz Lucha

Y no es que yo quiera tener pene, no mezclemos conceptos. No creo en la igualdad entre hombres y mujeres, es un absurdo. Pero por supuesto defiendo a capa y espada la igualdad de derechos y oportunidades.
Para llegar a donde estoy hoy muchas mujeres (y hombres) han tenido que luchar y sufrir, hasta morir. Me crispa una idea que se va asentando en la conciencia femenina colectiva: “nos engañaron con la liberación de la mujer, estábamos muy bien en casa”. ¡Por favor!
Es verdad que en muchos sentidos el sistema se ha aprovechado de esta situación, pero no olvidemos todo lo que hemos ganado: independencia, reconocimiento, autoconfianza, poder de decisión, libertad sexual y reproductiva.
Aún queda mucho camino por recorrer. Muchos países siguen coartando las libertades a las mujeres, solo por el hecho mismo de ser mujer. Y no debemos mirar tan lejos, por desgracia vivimos un momento de repunte del machismo en el mundo occidental. Las mujeres siguen sometidas en muchos ámbitos sociales, muchas veces por sus propias concepciones. No existe una realidad de igualdad de oportunidades, y donde los hombres pueden disfrutar de una vida plena las mujeres muchas veces tienen que optar: optar por ser madre o por desarrollar su profesión.
Seguimos siendo putas cuando disfrutamos de nuestra sexualidad libremente, seguimos siendo unas lagartas cuando llegamos demasiado lejos en el escalafón laboral, a veces putas y lagartas cuando se alude a nuestras rodillas como causa-efecto de nuestro ascenso. Seguimos siendo malas madres si damos demasiado en nuestro trabajo.
El propio lenguaje nos oprime: yo no quiero que el hombre me ayude en casa, quiero que comparta conmigo las tareas domésticas y las labores de educación y cuidado de los hijos. Compartimos responsabilidades, la conciliación no debería ser solo cosa de mujeres.
Hoy lo celebramos, el resto de los días seguimos en la lucha. Lo hacemos por nosotras, por las que nos rodean y por las que están a años luz de llegar a disfrutar de esa ansiada igualdad, por las generaciones venideras y, por supuesto, por las que nos anteceden, con profundo agradecimiento.
Feliz Día de Internacional de la Mujer.

lunes, 5 de marzo de 2012

If only I could...

Hubiera sido buena. ¡Qué digo buena, muy buena! Tenía el talento y la pasión necesarios. Soy inteligente, igual no brillante, pero sí por encima de la media. Soy concienzuda, cuando algo se me mete entre ceja y ceja no descanso hasta hallar el camino, la solución, la manera. Soy paciente, infinitamente paciente. Soy hábil con las manos, delicada y meticulosa. Soy organizada, tengo carácter, orgullo. Hubiera sido la mejor.
Y, aunque SÉ que no me equivoqué, una parte de mí nunca dejará de preguntarse si realmente no me equivoqué. Esa parte que no deja de repetir “algún día”, aunque en mi fuero interno sepa que no, que ese día no llegará.
Dos sueños. Dos caminos. Sendas separadas que no se cruzan. ¿Llegaré al final de la que elegí?