martes, 3 de enero de 2012

Otro martes a la carga

Mis promesas siguen valiendo lo mismo que siempre… Y es que ya no me puedo callar. Recuerdo, hace unos meses, que una buena amiga defendía de alguna manera (quiero suponer que no el caso real) los altos sueldos de los políticos, alegando que, quien está contento con su sueldo hace bien su trabajo.
Me agarro a este alegato para abanderar mi defensa de lo público. Yo quiero tener un personal sanitario contento, unos maestros contentos, unos policías contentos, unos bomberos contentos,… Quiero poder acceder a los servicios básicos (entendamos básicos por “esenciales”) donde se me trate con eficacia. Quiero que a mis hijos y a mis abuelos los cuiden personas que se levanten por la mañana satisfechas con su trabajo.
Está claro, a los empleados públicos no nos ganan en solidaridad, por el artículo 33, claro. Es muy incómodo levantarse cada día con los ojos apretados esperando la siguiente bofetada. Muy incómoda la sensación de inseguridad, saber que no se acaban los recortes, ajustes o como coño quieran llamarlo. Es incómodo renunciar a derechos, ver cómo tus ventajas sociales se esfuman, cómo juegan con tu pan. Al fin y al cabo yo soy una donnadie, pero, si yo vengo a trabajar con menos espíritu, ¿qué no les pasará a otros compañeros cuyo trabajo es humanamente trascendente?
De todas formas, y en esto le voy a dar la razón –por una vez y sin que sirva de precedente- a mi padre: no sabemos valorar lo público. Cuando algo es “gratis” o no tiene consecuencias penosas, no le damos el mismo valor. Igual es hora de dar el valor de lo primordial a los servicios públicos, de levantarnos y defender el desarrollo de nuestra comunidad, algo que debe comenzar por la defensa, promoción y exigencia de calidad en la educación. Eduquémonos. Eduquemos. Dejémonos educar.
Hay cosas que deberían ser un derecho, no un privilegio.

3 comentarios:

  1. Poco has tardado en venir guerrera jajaja. Pues sí, educación ante todo :-)

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  2. Como hijo de médicos y enfermeros estoy muy sensible con el deterioro.

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  3. Edu: una no puede renunciar a su naturaleza!!

    Ignacio: bienvenido, a ver si entre todos conseguimos sensibilizar a muchos más.

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