viernes, 20 de enero de 2012

Amantes - Microrrelato

Aquellos encuentros rápidos y apasionados en los que las manos ávidas atacaban las zonas más erógenas, en los que los besos eran breve preludio y el cabalgar llegaba rápido y llegaba rápido a su fin, dejaron paso a otros más pausados.
Labios que adivinaban contornos, manos suaves cargadas de algo parecido al amor, miradas sostenidas llenas de anhelos imposibles, abrazos de intermedio, abrazos de desenlace, abrazos que alargaban la despedida, la separación de los cuerpos. Deleitarse en el otro atento a los suspiros ahogados de placer, la pequeña muerte compartida, la son-risa de complicidad. Buscarse, encontrarse, saber cuándo es, cuando será.
La intimidad era tal que se tornó en naturalidad muchas veces contenida en el secreto necesario. Una mano perezosa descansando sobre la pierna  más allá del límite permitido, la palma sobre el rostro deslizándose amorosa, dar un paso para rozar los labios con un beso fugaz  y frenar a mitad de camino al ser consciente de los demás, ajenos a lo oculto.
Amantes en un mundo aparte empeñados en conservarlo, luchando contra la superposición, negándose sueños comunes, diciéndose sin palabras cuánto les gustaría que no fuera así. Amigos nada más.   

7 comentarios:

  1. Qué bien suenan esos amantes en tus palabras, me ha encantado...

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  2. Si, definitivamente algunas cosas hay que hacerlas pausadamente, sdin prisas.
    Salu2.

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  3. me ha gustado eso de la intimidad que se transforma en naturalidad, es aquello del amor sereno que sustituye a la pasión...

    Besos (mañana empiezo con Lejos del miedo)

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  4. Me ha parecido sencillamente genial, aunque me llega el eco de una tristeza latente y contenida, pues tal complicidad merecería, a mi modo de ver, trascender el umbral de la amistad.
    Besos,
    Miguel

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  5. Edu: gracias, suenan bien, ¿verdad? Pero seguro que no es tan bonito como parece.

    Alfredo: yo creo que también hay momentos para la pasión encendida que consume rápido, pero sí, suele ser mejor sin prisas.

    Sese: justo, cuando ya conoces tanto del otro que las cosas surgen espontáneas, cargadas de sentimiento, pero sin sustituir a la pasión, solo sumando. (Estoy deseando saber qué te ha parecido). Beso.

    Miguel: has sabido verlo muy bien. Nunca nos conformamos con lo que tenemos. ¿Crees que una relación más sólida entre ellos funcionaría? Yo creo que no, y creo que ellos lo saben, pero aun así no dejan de anhelarlo, porque se completan. Beso.

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