jueves, 2 de junio de 2011

La rueda

La tele de la salita, esa que utilizábamos básicamente para jugar a la play, se volvió loca. Bueno, siempre estuvo bastante loca, pero había llegado al punto de absoluto descontrol. Vamos, se convirtió en una tele inútil. No era motivo de preocupación, la verdad. Con una, hasta con ninguna, tenemos de sobra.

Dhalsim publicó en su muro de FB. Se deshacía de una tele de "culo gordo", si alguno la quería... Pensamos, "pues mira, así sustituimos a la loca". 

Pero... esta tele, que ya ha pasado por varias manos amigas, es más grande que la nuestra, y no cabe en el hueco de la estantería que me curré para tal fin. Así que, después de romperme la cabeza unos cuantos días, decidí reestructurar la salita. Ahí empezó todo...

Total, que llevo diez días desquiciantes moviendo muebles, cambiando armarios, estanterías, tirando y tirando, ordenando, colocando, limpiando a fondo,... Y parece que nunca voy a acabar. Porque, cada vez que me meto en algo nuevo, se me ocurren tres millones de ideas nuevas y, ya que estoy metida en faena, ¿por qué no? 

Mi vida se reduce a trabajar en el curro-trabajar en casa. Y claro, eso acaba con mi inspiración. Para escribir en el blog, digo, porque mi cabeza bulle llena de planes. Estoy contenta, está quedando todo muy bonito, limpio, ordenado y mucho más lógico y útil, pero igual eso hace esté un poquito desconectada.

Veo la luz al final del túnel...

6 comentarios:

  1. No te preocupes, que eso es cosa de la primavera, el polen y mierdas de esas...ya verás como queda genial. Por cierto que es ese botón +1 que nos ha salido??

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  2. Los procesos de re-ordenar una habitacion (más aun un piso) en mi caso suelen darme miles de planes y me parecen eternos, bastante motivadores pero eternos.

    Es como si toda la creatividad fluyera de golpe inventando nuevas forma de eficiencia y orden que serian excelentes si luego recordara su uso.

    Un saludo.

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  3. Toda reordenación requiere su tiempo, de ello depende el resultado final.

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  4. ¿Así que reorganización de muebles?, ¡pero chiquilla!, ¡qué se sabe cuando empieza pero nunca cuando acaba!, nada, nada, ¿por lo menos te tomarás la cervecita de rigor?, ¿no?, ¡como no lo hagas me dejas preocupado!

    ¡Un besazo!

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  5. Pues supongo yo que si te has enfrascado en tal cruzada de reformas mobiliarias es que en el fondo no te desagrada tal labor. A menudo pienso en ello en mi domicilio y nunca me decido, porque en el fondo me desagrada tal labor.

    Seguro que quedará todo muy apañado.

    Besos

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  6. La redistribución de los espacios vitales supone un sano ejercicio que, en ocasiones, es el fiel reflejo y la proyección externa de una necesidad de cambios internos en nuestro ser. Incluso me atrevería a afirmar que lo que acabo de decir me ha quedado demasiado serio.
    Un beso,
    Miguel

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