lunes, 30 de mayo de 2011

Tormenta

El cielo nocturno cubierto de nubes refulgía cada pocos segundos. El viento soplaba furioso. Un viento frío que agitaba algún poste suelto haciendo que este repiqueteara en el silencio de las sombras. Poco a poco el ambiente se cargó de humedad. El olor a tierra mojada lo invadió todo. Ahora los truenos retumbaban desgarrando la noche, y una cortina de agua frenética tapó la visión de las tinieblas. Después, la calma.
La montaña rusa. En primavera es inevitable. He aprendido a convivir con estos cambios de humor. También he aprendido a convivir con el vértigo que produce la descorporeización, un fenómeno frecuente cuando llegan los ciclos rápidos. Odio esta superconciencia de mí misma. A veces trato de imaginar cómo sería ser otra persona. O intento proyectarme en mi vecino de enfrente, y sea en el metro, comiendo con mi familia o disfrutando con mis amigos, intentar averiguar qué inquietudes lo mueven por dentro, cómo se ha llegado a formar su filosofía de vida, qué le llevó a pensar de una manera o de otra. Es agotador.
El otro día le decía a 7ven que yo no siempre he sido así, que no siempre he pensado de la misma forma, y que muchas de las cosas que pienso, muchos del os ideales que defiendo, son costosos de defender, porque van en contra de mi naturaleza humana, y a veces hasta de mi moral. Defender lo correcto a veces supone un coste emocional grande.
En realidad no tiene importancia. Son las tormentas primaverales.

5 comentarios:

  1. Hay que aprender a convivir con uno mismo. A veces nos empeñamos en convivir con algo que no somos nosotros mismos y luego vienen las decepciones. Cuanto antes nos demos cuenta de lo que somos antes conseguiremos ser felices. O no?

    Besos

    ResponderEliminar
  2. El año trae circunstancias diferentes, a lo montaña rusa nos eleva y nos baja. No se si es la estacion o en la altura del año en que se encuentra, quizas un confluente de ambas cosas. No dejo de pensar que estoy en otoño.

    En cuanto a los demas, tambien he hecho ese juego de intentar ponerme en su lugar. De ultima la historia de mi vida es la historia de mis elecciones y me propongo conocer cual seria la de tal individuo. Es un ejercicio de empatia interesante que en mi opinion ayuda a que uno se conozca.

    Un saludo cordial.

    ResponderEliminar
  3. Digamos es que la astenia primaveral...unos días mejor y otros peor. Pero hay que procurar bajar de la montaña rusa para subirse en el tren :-)

    ResponderEliminar
  4. Sese, pero ¿cómo debemos ser? ¿Como somos o como queremos ser? Hay días en los que es difícil ser uno mismo, cuando parece que se alía en mundo en tu contra. Un beso.

    Mr. Dupin, lo de la ciclotimia es algo que asumí hace muchos años. Y, no sé por qué, pero en primavera y en otoño los cambios son más rápidos. Sé manejarlo la mayor parte del tiempo, pero no siempre es fácil.

    La empatía es necesaria, pero a veces mucha te arrasa por dentro. No te puedes cargar a la espalda todos los males del mundo. Es solo un bache, pasará. Saludos.

    ResponderEliminar
  5. C.C., lo mío va un poquito más allá de la astenia, pero cada uno debe aprender a vivir con sus circunstancias. Pasará, siempre pasa, no me preocupa. Hoy no. Un beso.

    ResponderEliminar

¡Cuenta, cuenta! Comparte tus impresiones,