¡Joder! ¡Qué chungo se ha puesto blogger! Y como desde aquí no tengo acceso al navegador de marras esto de publicar se está convirtiendo en misión imposible… Bueno, haremos lo que se pueda. La entrada que tenía preparada para hoy me la como, porque si tratar de darle formato al texto es difícil no os quiero ni contar las dificultades que tengo para subir imágenes, ¡he sudado la gota gorda para publicar en Un Mar de Cristal! Así que hoy toca esta, que estaba guardada en la recámara desde hace un tiempo…
Julio de 1992. Irlanda. Él, Gonzalo, de 13 años, un pelirrojo monísimo. Yo, un poquito mayor que él –tenía 14-, pero igual de pez en temas amorosos. Vamos, que hasta ese verano yo pensaba que era fea como un demonio, que nunca gustaría a un chico. Pero oye, fue salir del círculo habitual y se me cayeron las etiquetas. Y allí estaba yo, convertida en sex-symbol, teniendo que elegir entre Sean, el irlandés de 19 años que se quedó prendado de mí en la parada del bus, y Gonzalo.
Sean era encantador, pero teníamos problemas de entendimiento. Era mi primer verano en Irlanda y todavía me costaba eso del inglés. Además, vivía en la ciudad, y yo no. Y, para colmo, iba demasiado deprisa. El día que nos conocimos ya me plantó un beso en los morros. Un beso muy casto, eso sí, pero para una recién salida al mundo de lso chicos aquellos era un gran paso. La decisión estaba tomada. Gonzalo y yo empezamos a salir el mismo día que dejé plantado a Sean.
Fueron dos semanas preciosas. Estábamos juntos con los amigos, luego íbamos a pesara de la mano o agarrados de la cintura… El beso se hacía esperar. Yo lo hablaba con mis amigas y él con sus amigos. Para mí estaba claro, tenía que ser él el que diera el primer paso. Miedo, expectación, un poquito de repelús… Y ganas. Todo un cúmulo de sentimientos contradictorias en torno a la espera del primer beso de enamorada.
El puente. El puente es el escenario de grandes momentos allí, en Irlanda. Punto de reunión, de partida y de despedida, hasta allí paseábamos juntos cada tarde en soledad y allí nos separábamos.
-Me voy, que ya llego tarde –dije yo.
De repente, como John Wayne en El Hombre Tranquilo, Gonzalo tiró de mí, me agarró por la cintura y me besó. El mundo se paró. Fue mágico. El instante en que nacieron esas mariposas que aletean furiosas en mi bajo vientre en los momentos más excitantes.
Nuestro idilio no duró mucho, pero se ha quedado prendido en mi recuerdo como algo hermoso.
¿Recordáis vuestro primer beso? ¿Es un buen recuerdo? ¡Contadme!
Yo estuve por aquellos lares dos veranos antes, con 15 años y allí pude haber tenido mi primer beso también, pero como era un pardillo no me decidí a dar el primer paso con una chica que me esperaba al salir de clase con la esperanza de que yo diera el paso de pedirla salir. Paso que no di, porque yo estaba más que verde y no veía yo capaz de manejar algo tan complejo como salir con una chica. Aparte de que yo me veía a mi mismo como la última persona del mundo con el que una chica quisiera estar. De todas maneras yo en aquella época aparte de pardillo estaba platónicamente enamorado de otra chica de mi clase, que no fue a Dublín con nosotros… si no otro gallo hubiera cantado.
ResponderEliminarAsí que mi primer beso tuvo que esperar hasta los 18 años… ya se que ahora todo el mundo es mas precoz que la puñeta, pero yo era realmente un niño a mis 15 y 16 años y entre eso, mi timidez y mi mala suerte a la hora de fijarme en la chica equivocada, se me pasó un poco la edad normal. Ese primer beso, fue con la que después seria mi novia durante los siguientes 9 años de mi vida. La conocía de un curso de apoyo al que íbamos los dos para reforzar lo que dábamos en el instituto… tercero de BUP creo recordar, y aunque éramos del mismo barrio íbamos a institutos diferentes. Pero coincidimos en la misma academia.
Recuerdo que ella llegó mas tarde a esas clases y el profesor nos advirtió que venia una chica nueva y que “estaba muy bien”, y cuando entró por la puerta, ya sabia yo que tendría otro amor platónico no correspondido con el que seguir atormentándome. Pero congeniamos bastante bien y empezamos a salir en plan grupo de amigos los de la clase de apoyo y una cosa llevó a la otra, ella se olía que a mi me gustaba y una noche, en el casco viejo, bailando en un bar, nos acercamos y en un momento dado no se que demonios se apoderaron de mi, que la besé, así sin pensarlo mas y haciendo algo totalmente contrario a como yo pensaba que era. Y ese primer beso que yo daba, fue correspondido por ella y ya dejó de importar el como, el cuando, el grupo de amigos y todo.
Peeeero es un recuerdo amargo, porque al salir del bar nos topamos con un tipo que resultaba ser el novio de la chica en cuestión. Novio del que no sabíamos nadie su existencia hasta ese momento. Shock es poco decir, de momento bonito de película ochentena, a drama venezolano en pocos minutos. Nos dividimos, mas que nada porque yo me largué a casa de una amiga que estaba sola a contarle mis penas y mi primer beso quedó para mas tarde con su novio.
Luego ya la versión extendida resultaba en que no era su novio, sino su ex. El la había dejado hacia poco tiempo, pero ella tenia esperanzas de volver con el y por eso en cuanto el vió me suprimió de la faz de la tierra. Total que ellos no volvieron, de hecho por lo que supe por mis informadoras, el ni se presentó y ya estaba con otra chica y yo, con mi mosqueo de despechado tampoco quise saber nada del tema. Ya tenía mi tragedia griega con la que sobrevivir un tiempo y por una vez era algo mas complejo que mi típica historia de enamorarme de la chica a la que le gusta el chico de la banda de rock.
En fin, a pesar de ello y del momento amargo, varios meses después, y estando yo seguro de que ella estaba sola, volví como un gilipollas a hacer mis torpes movimientos de ajedrez, volvimos a hablar, a salir como amigos y después a salir como novios, por los siguientes 9 años y se convirtió en novia, en compañera de trabajo mas tarde con un negocio que teníamos, y fue la primera persona con la que me fui a convivir a mis tiernos 22 añitos. La cosa terminó entre mal y peor y nunca me he podido quitar de la cabeza aquello de que “lo que mal empieza mal acaba”. Y esa es mi historia… no es bonita, no es ideal, pero fue un primer beso… aunque de alguna manera y a pesar de haber mas relaciones todavía estoy esperando ese primer beso peliculero y espero dárselo dentro de muy poco a alguien muy concreto y de momento no puedo decir mas. :p
Ella iba de vampiresa, luego resultó que estaba "in albis", tal cual como yo. La acompañe hasta cerca de su casa y allí refugiados en el quicio de un portal, nos dimos nuestro primer beso. Nuestra salivas se mezclaron y sonreímos un tanto avergonzados por tamaño desliz. Una pena no poder repetir, eran las diez y su madre bajaba por la cuesta a buscarla. Pero hubo otros días, otros besos sin vergüenza y sin temor a que las salivas se mezclaran, sin miedo a que las lenguas explorasen los escondrijos de los dientes y a sentir aquella cosa rara que enervaba.
ResponderEliminarSalu2.
Mi primer beso fue tan anticlimático que resultó hasta grotesco, violento y bizarro. Por suerte, y muchos años después, los he dado (y me los han dado) mucho mejores. A veces, y en los casos de algunas personas concretas, el aprendizaje lleva un poco más y hay que pasar experiencias poco deseables para llegar a lo que se podría llamar "EL BESO". Fíjate que el primer beso con pasión lo di a los 26 años, 10 años después de comerme a besos con mi novio de muchos años... con el que nunca sentí pasión.
ResponderEliminarAsí que te envidio ese primer beso, mágico, como en una película. Yo solo tuve besos de película ya muy mayor, debe ser genial tenerlos tan jovencita. Y seguro que de siempre fuiste la sex symbol, solo que no eras consciente... ;D
Buf! Madre mía, 20 años han pasado ya!!!
ResponderEliminarJajaja, sí, mi primer beso también fue con casi 18 años, porque para tímida yo, aunque ahora cualquiera lo diría.
Él era dos años mayor que yo, y el hermano de mi mejor amigo. Estaba loca por él, y claro, me caló a la primera, porque cuando me hablaba... Todo desaparecía, sólo veía sus labios y sus ojos, pero claro, como era boba perdida, pues eso, me ponía roja, tartamudeaba, ahora lo recuerdo como una gran cosa, porque para mí fue el inicio al amor, y una de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida. De hecho, ahora estoy sonriendo como una tonta al recordarlo. Un pequeño piquito en los labios cuando me acompañó a casa, a la luz de la luna... Ay, qué recuerdos!!!
Besos, por cierto.
guardiaoscura: fíjete, mi sobrina, que tiene 12 años, se ríe de mí porque considera que 14 años para un primer beso es demasiado tarde. Yo, por el contrario, considero que era muy niña (y lo sé porque cuadndo se lo contaba a mis amigas se morían del asco). Por eso guardo un buen recuerdo, fue una relación bastante infantil, que acabó poco tiempo después. Supongo que si eso mismo me hubiera pasado con 18 el recuerdo no sería tan dulce. La verdad, el tuyo es bastante amargo. Pero bueno, hay que darle la importancia justa. Muchas veces queremos darle más relevancia por eso de ser el primero, pero los buenos besos tardan en llegar. Espero que te llegue prontito ese beso de película. Igual cuando suceda te apetece pasarte por aquí y contarnos!!! O simplemente decir ¡¡¡guauuuuuuu!! ;)
ResponderEliminarAlfredo, en un portal, un buen lugar. Es verdad que el primer beso está teñido de vergüenza. Esa pasa, las mariposas no. Cosa buena. Un saludo.
Sonix, lo que decía, que muchas veces le damos una importancia que no tiene... Sobre todo si luego los tuviste mágicos de verdad. Ese verano, el verano de mi primer beso, fue genial en muchos sentidos. En el cole yo era la niña de la coleta torcida, la camiseta medio sacada y la herida perpetua en la rodilla. Ya me habían puesto la etiqueta de fea, de la buena amiga que servía para llorar las penas que las chicas guapas provocaban, y en ese círculo tardé años en quitarla. Por eso todo fue mágico, porque fuera de mi mundo habitual de repente ya no era el patito feo. Y no volví a serlo, ;))
Mimi, pues los mismos que para mí!! No había caído, ¡jajajaja! Primer beso y amor superlativo, qué buena combinación. Me alegro de haber provocado esa sonrisa. Besos, sí, besos, ;)
¡No te lo vas a creer! ¡NO ME ACUERDO! ¿cómo puede ser?, llevo un rato haciendo memoria... y nada, ¡cómo sería de malo!
ResponderEliminarCosas mías... seguro que más tarde me acuerdo.
Pues si el momento fue como el de John Wayne y Maureen O'Hara no puedo más que felicitarte por haber vivido tan trascendente experiencia.
ResponderEliminarMi caso es más mundano y nada poético. EL alcohol ayudó a desatar las pasiones adolescentes y desinhibir la vergüenza y timidez de ambos dos "contendientes".
No fue el mejor beso, más bien lo contrario, pero fue el primero.
Más besos
Rubén, pues sí que tienes tú buena memoria, ¡jajajaja!
ResponderEliminarSese, fue más parecido al beso de Elliot en E.T, ;) Pero fue bonito, sí. Aunque no fuera el mejor seguro que lo recuerdas con algo de ternura. Beso
Si que lo recuerdo, y sigo preguntandome por que me temblaba la pierna derecha ... qué cosas!!
ResponderEliminarte sigo, con tu permiso, hablo de seguir el blog, no nos confundamos
Hola Toni, bienvenido. Tu respuesta me ha recordado a mi examen del práctico de conducir, ;))) Gracias por seguirme, en el blog, sí.
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