No voy a daros la receta mágica
para que todo vaya de maravilla con los niños. Imagino que no existe. Y, en
caso de que exista, yo no la tengo. Yo solo quiero hablaros de lo que a mí me
funciona. Que cada niño es un mundo, claro, y que lo que me vale a mí puede no
valer para otros, pero quién sabe… Ahí lo dejo…
MiLily duerme con nosotros desde que nació. Al principio, en el
hospital, cansada de arrastrarme malamente con el dolor del costurón de la
barriga, decidí parapetarme con ella en la cama subiendo las barras y colocando
almohadones y cojines a mi alrededor, o incluso durmiendo con ella en mi regazo
tumbada en el sillón reclinable. Era la única manera de descansar un poco.
Al llegar a casa decidí(mos)
continuar con ella en la cama. 7ven
tenía un poco de miedo, pero enseguida nos acostumbramos a tenerla entre
nosotros.
Pensábamos que sería cosa de unos
meses, pero MiLily tiene ya casi dos años y sigue durmiendo con nosotros. ¡Y
nos encanta! Sobre los beneficios o los perjuicios del colecho hay mucha
literatura, que cada uno elija su perorata. Yo no voy a entrar en guerras. Es
nuestra opción y la respuesta a “¿hasta cuándo?” la tenemos clara: “hasta que
ella quiera”. Y, muy bajito, añadimos: “y que quiera muy tarde”.
¿Qué beneficios nos aporta esta
práctica? Muchos:
-Apenas hemos pasado malas
noches, estamos siempre cerca para calmarla si se despierta lloriqueando.
-Es un lujo sentir su minúsculo
cuerpecito pegado al tuyo, buscando tu calor y protección, puro amor.
-Levantarte y observar su plácido
rostro mientras duerme.
-Que se despierte, te sonría y
diga “mami/papi” con toda la dulzura del mundo.
-Jugar con ella un rato mientras
nos desperezamos…
Claro, que también tiene algún
que otro problema, y es que cada vez somos más en la cama. Además de MiLily, 7ven, las dos gatas y yo, tenemos muchos más compañeros de cama: Teddy, Teddy II, Berta, Basilio, Churandy,
Sandy, Baby, Baby II, Raquel, Pato, Florita y su caballo,… ¡hasta el carro
de la compra!
P.D.: Para los que estén preocupadísimos por nuestra vida sexual
recordarles que la cama de noche no es el único escenario posible.
Y vosotros, ¿qué opináis del
colecho? ¿Lo practicáis? ¿Os parece una práctica positiva o, por el contrario,
pensáis que es algo negativo?